Relatos IVE


Como bien dice el título de este apartado de nuestro blog, os expondremos algunos relatos de IVE (interrupción voluntaria del embarazo), en otras palabras, del aborto. Para los/las que no tengáis claro cual es el concepto del mismo, os dejamos información al respecto extraída de la página oficial del Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco:

"La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es un procedimiento clínico para finalizar un embarazo, realizado por profesionales sanitarios acreditados. Los métodos utilizados para la IVE son distintos según las semanas de gestación y la situación clínica de la gestante. Pueden ser tanto instrumentales (quirúrgicos) como farmacológicos. Estos últimos solo son efectivos antes de la 7ª semana de gestación. Hasta la semana 14ª los métodos más útiles son los de aspiración /legrado y generalmente no requieren hospitalización. Para estados de gestación más avanzados se suele utilizar habitualmente la inducción del parto"

De todas formas, para mas información, podéis acceder a la página principal de nuestro blog y leer el post que le hemos dedicado detenidamente al "aborto".

A continuación, os dejamos algunos testimonios de jóvenes que han tenido que abortar. Como ya sabéis, cada persona y situaciones son muy diversas, por lo que procuraremos publicar diferentes historias para que podáis ver las distintas experiencias y puntos de vistas que han vivido una serie de adolescentes:

LUCÍA: << SIENTES QUE TE ESTÁN ARRANCANDO PARTE DE TU CUERPO>>


Lucía sufrió maltrato en el seno de la pareja, y fue coaccionada para abortar:algo muy frecuente, que está silenciado y se denuncia poco. La relación no acabó bien después del aborto, como suele suceder en estos casos. Sin embargo, hay alegría en el presente porque Lucía es madre de una preciosa niña.


Ese día había comprado un predictor en la farmacia. habíamos tenido relaciones sexuales y, sin buscarlo, me quedé embarazada. cuando él se enteró comenzó a chantajearme. Le costó mucho esfuerzo convencerme de que abortara. Al principio, como le cayó por sorpresa, era mas sutil. Decía:

- Lucía, somos jóvenes, ya tendremos tiempo de ser padres.

Después comenzó a portarse como nunca antes lo había echo: Me besaba, me abrazaba, me acariciaba... El cariño que siempre quise y jamás me había demostrado.

Se quejaba muchas veces de que no tenía dinero, de que no tendríamos medios para mantener a nuestro hijo. Pero después, viendo que yo estaba contenta con mi embarazo, comenzó a amenazarme:

-Si tienes al niño te voy a dejar.

Y yo, no tenía dinero, dependía de él. Y ademas lo quería con locura. Tampoco tenía a nadie en quien confiar. No tenía relación con mi familia, ni tenía amigas. Solo a él y si me dejaba...

Así que me decidí a abortar, y él ya tenía el dinero preparado para el aborto: 240 euros. Ese día bebí hasta emborracharme. No quería hacerlo, estaba muy presionada. Pero no encontré ninguna ayuda. Nadie me ofreció otra alternativa al aborto, ni me contó lo que iba a sufrir por ello. Fui totalmente ebria al aborto... porque no quería hacerlo. Realmente estaba muy presionada... el día que fui me hicieron todo: ecografía, visita al psiquiatra y luego al ginecólogo que me lo hizo. No sé, era como si el médico estuviera asustado, me hacía muchas preguntas como porque íbamos a esa clínica. parecía que tuviera miedo de estar practicando el aborto. Creo que era argentino.

Me hicieron el aborto con el método de aspiración. Con el aspirador es como si te arrancaran un trozo... es que tu sientes que te están arrancando parte de tu cuerpo. ¡Es horrible!

A raíz del aborto comencé a beber alcohol. Me encontraba mal de ánimos y caí en una depresión. El aniversario del aborto lo vivo como un drama. Cuando veo a un niño de dos o tres años se me escapan las lágrimas. es la edad que hubiera tenido mi hijo si viviera. Una vez intenté suicidarme. Afortunadamente, fallé. Ahora he sabido que tenía derecho, por ley, a conocer todas las secuelas y repercusiones del aborto. Pero nadie me lo contó, ¿porqué?

Poco tiempo después volví a quedarme embarazada. Lo hice por el remordimiento que tenía, pensé que así podría reparar todo lo que había echo. estaba dispuesta a seguir adelante con este embarazo costara lo que costara. Nuestra relación ya estaba dando sus últimos coletazos, y esa noticia hizo que finalmente lo dejáramos.

No quería ir a las revisiones ginecológicas. Era incapaz de permitir que me examinara un hombre después del aborto. Al final conseguí que me atendiera una mujer. Durante todo el embarazo soñé que me quitaban a mi hija. Incluso soñé que la policía se la llevaba porque yo no era digna de tenerla. Necesitaba tomar tranquilizantes. Después del parto comencé a tomar pastillas para dormir. Pero salí adelante.

Hoy he comprendido lo equivocada que estaba. Antes era muy <feminista>, veía ésto desde el punto de vista de la mujer. y es falso e imparcial. Ahora pienso totalmente diferente y veo también al niño.

No quiero olvidar mi aborto: Es algo que hice mal y lo asumo. No quiero quitarle la importancia que tiene. no puede ser como cuando se mata a alguien y con estar cuatro años en la cárcel, ya esta todo bien. Uno tiene que reparar el mal hecho y seguir mirando hacia adelante, aún sabiendo que ha echo las cosas mal. el aborto es algo realmente malo para la mujer. Puedo asegurarlo.

Yo creo que fui responsable de éste error, pero tuve un margen de elección muy pequeño: Cuando lo veo ahora, creo que realmente no tuve la libertad suficiente como para poder elegir lo mejor para mí. No había tiempo que perder y con tanta presión de mi pareja y la falta de ayuda de los médicos de esas clínicas abortistas... al verme llegar a la clínica totalmente borracha deberían haberse dado cuenta de que no quería hacerlo. Pero esos médicos mataron a mi hijo y me hicieron cómplice de algo horrible... cosa de la cual me arrepiento y le pido al todo el mundo que no dejen que se siga haciendo. el aborto no soluciona nada, es otro problema mas y encima, han echo un negocio conmigo y con mi difunto hijo. Sin factura, sin IVA, sin comprobante... como si de un negocio negro se tratara, así mataron a mi hijo en una clínica de Andalucía.

HELLEN << PORQUE PODER ABORTAR FUE TAN PERFECTO COMO PODER SER MADRE>>


Cuando era chica, mis amigas, primas y yo siempre platicábamos de nuestros hijos, de cómo iban a ser, cuántos y cómo se iban a llamar. Todo era perfecto, teníamos los nombres apartados y si alguna de nosotras se atrevía a tomar el nombre de otra era castigada con la ley del hielo durante todo un día; obviamente siempre recapacitaban y pensaban en otros nombres para sus hijos imaginarios. Siempre pensábamos que ser madres iba a ser una experiencia hermosa, no se si por los programas que veíamos o sencillamente porque así debe ser.

Fuimos creciendo cada una por su lado y cada quien a su tiempo fue forjando una idea completamente diferente de la maternidad, yo seguí pensando en que mis hijos iban a ser muy bellos, bien portados e inteligentes pero algunas de mis primas o amigas llegaron a abortar, otras se embarazaron muy chicas y si bien no todas lo disfrutaban, siempre agradecían la posibilidad que “el destino” les había dado de ser madres. Yo me esperé y cada vez me sentía más ansiosa, pensaba que algo dentro de mi estaba completamente listo para darle la bienvenida a mi pedacito de universo.

Un día, con un novio de la universidad tuve el típico retraso menstrual; mi novio y yo nos queríamos muchísimo pero aunque ya habíamos pensado en una vida juntos alguna vez él me dio un folleto de las clínicas de aborto y cómo operaban, yo ni siquiera lo vi porque en ningún momento mi intención era abortar, así que dejamos pasar el tema.

Compramos una prueba de embarazo y la hicimos en el baño del campus porque los dos vivíamos con nuestros papás y nos daba miedo que nos descubrieran, así que él me esperó en un salón mientras yo fui al baño. La prueba dio positivo, los dos estábamos a mitad de la carrera, los dos vivíamos con nuestros padres… de repente estar embarazada no se sentía tan mágico como me imaginé. Los dos lloramos pero él lloró más que yo, fue ahí cuando me di cuenta del error que estábamos cometiendo.

Pensé que iba a cargar con un terrible remordimiento de conciencia pero no fue así; más decidida que espantada busqué una clínica de aborto legal, pedí todos los informes necesarios y fui, acompañada de mi novio a abortar.

Por momentos me sentía espantada, juzgada, mala, pero era más por las cosas que se dicen del aborto que por un sentimiento genuino, yo en realidad sí quería ser madre pero no ahora, no así y no iba a permitir que un juicio moral sobre mi persona me llevara a hacer algo de lo que no estaba segura porque si algo tuve firme fue la idea de que cuando tuviera a mi bebé tenía que ser capaz de mantenerlo, darle lo mejor para su desarrollo y todo mi tiempo y amor: ese no era el momento.

Terminé con mi novio, pero terminamos bien, hasta la fecha todavía a veces nos contactamos. Él tiene una familia con su esposa, yo, años más tarde encontré a un hombre con el que decidí unirme y sí, tener hijos. No he sentido culpa, no me he sentido mal, no he “cargado con la muerte” como muchas señoras dicen que sucede, me siento tranquila, hoy amo a mis hijos, se llaman como desde siempre quise ponerles: Luis y Diego.

Soy una madre feliz porque tuve la oportunidad de decidir en qué momento quería serlo.


MARÍA: << AHORA PIENSO CADA MINUTO EN MI NIÑO >>

El testimonio de María nos llega por una carta al director publicada en el diario. La razón, en enero de 2001. En sólo dos párrafos, esta mujer de 31 años nos cuenta lo que sufre ahora tras su aborto y cómo le pide perdón a su propio hijo.

Tengo 31 años y he matado deliberadamente a m hijo. Cuando supe que estaba embarazada no se lo conté a nadie. Todas mis preguntas eran: ¿qué voy a hacer?. ¿que haré con mi hijo? Absurda, egoísta, calculadora y fría como un témpano. Sólo quería liberarme de aquello que me incordiaba y fui a la clínica.

¡Dios santo! ¡Que imbécil fui! Ahora cada minuto pienso en mi niño, pienso que soy egoísta, fría, criminal... Seguro que podría haber salido adelante como tantas mujeres lo han hecho. ¿Quién me perdonará esto? Mi niño ya no está, yo estoy vacía, completamente vacía. Quiero que Dios me perdone, pero creo que lo que he hecho es tan duro, que ni siquiera Dios puede perdonarme. Ni mi niño, que no ha tenido la oportunidad de ver el sol, ni el mar, ni de respirar... ni de nada. He sido su juez y le he condenado a muerte sólo por el hecho de ser, de estar dentro de mí. Mi niñ, por el que ahora estoy llorando... Espero, mi niño, que algún día me puedas perdonar. Yo no me lo perdonaré mientras viva...


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